DespuΘs del reinado de Luis XIV - caracterizado por un rφgido moralismo -, la rege
ncia de Felipe de Orleans y mßs a·n la Θpoca de Luis XV, brindan de nuevo a la vida francesa un clima mßs liberal y mundano. Las fiestas galantes de Watteau, que nacen de la experiencia del teatro de la \i commedia dell'arte\i0 , muestran un sentido idφl
ico de la vida, velado a veces de melancolφa.\par
La pintura decorativa - abandonados los temas religiosos - recupera los temas mitol≤gicos, que son tratados con tonos ligeros y recreativos, espejo del ambiente frφvolo y vacφo de la Θpoca. Voluptuosas e
insinuantes son las obras de \ATXul1024 Boucher\ATXul0 , mientras que \ATXul1024 Fragonard\ATXul0 posee una sensualidad pict≤rica que en ciertas obras se traduce en erotismo.\par
La pintura de gΘnero encuentra un intΘrprete excepcional en \ATXul1024 C
hardin\ATXul0 , poΘtico observador de la vida cotidiana de la peque±a burguesφa y sensible, en las naturalezas muertas, al mudo lenguaje de las cosas.\par
Tonos mßs moralizadores, no exentos de sentimentalismo, muestran las escenas de gΘnero de \ATXul1024 Greuze\ATXul0 , pintor muy admirado por Diderot.\par
TambiΘn el retrato encuentra una veta realista, sobria y compuesta, vuelta hacia una dimensi≤n familiar de los personajes.\par
Pero a partir de la segunda mitad del siglo, la Revoluci≤n debφa consag
rar una reforma en la que reaparecen la composici≤n clßsica, el gusto de la antigⁿedad, la pasi≤n por los bellos ideales y por la grandeza. El te≤rico de este neoclasicismo es \ATXul1024 David\ATXul0 : en su estilo, Θpico y solemne, se reflejan los grand